¿Cómo lograr que el perro no duerma en nuestra cama?

Perro durmiendo en la cama

 

En muchas casas o departamentos se comparte cama con el perro porque es un integrante más de la familia. El amor que sentimos por ellos es sumamente recíproco. Así como los cuidamos y llenamos de cariño, existe amor mutuo y contención recíproca.

Sin embargo, y como en todas las relaciones, no siempre la convivencia es amena y sencilla. Los hábitos de algunos pueden molestar y afectar al resto de los integrantes.

Un típico problema es el perro que desea compartir con nosotros la cama. Sus movimientos, su peso encima del tuyo, su olor y transpiración, aunque lo ames, puede llegar a molestar, y mucho.

Ni hablar si la familia creció, se adoptó una nueva mascota o llegó a la familia un bebé. En cualquier caso, que el perro duerma en su cama se vuelve una necesidad imperiosa y que debe resolverse lo más rápido posible.

¿Cuáles son los beneficios de dormir en una cama sin el perro?

Muchos estudios sugieren que compartir cama con la mascota de la familia tiene varios aspectos positivos. Por ejemplo, puede ayudarte a levantar el ánimo, aliviar el stress, calmar la ansiedad y sentirte seguro.
Sin embargo, los beneficios de no dormir con el perro son superiores a dormir con él. Te contamos algunos de ellas.

– Dormir en una cama sin el perro mejora tu calidad de sueño

– Las personas que duermen junto al perro se mueven más en su periodo de descanso. Esto significa que, aunque no se despierten durante la noche, la calidad de sueño profundo se ve afectada.

– El movimiento del perro, sus ronquidos y el calor de su cuerpo son elementos que afectan de manera directa el descanso humano.

Por eso, si querés dormir y levantarte enteramente descansado, no duermas con tu perro.

Evita problemas de conducta en la mascota:

Permitir que el perro comparta tu cama puede generarle problemas de conducta. Uno de ellos es la desobediencia, trastornos posesivos (cuando el perro defiende un objeto o lugar con furia) y debilitamiento de la autoridad.

Como todo animal, los perros tienen conciencia del orden de jerarquía que existe en el hogar. Al permitir que la mascota duerma a tu lado, le das lugar a sentirse igual o superior a vos. Esto deriva en malas conductas difíciles de corregir.

En definitiva, hay lugares que no deberías compartir con tu mascota para ayudarle a encontrar su lugar en el sistema familiar.

¡Prevení enfermedades y lesiones!

Dormir junto a un perro no es lo más higiénico. Desde ya, las patas del animal transportan todo tipo de bacterias y parásitos. También su pelaje puede estar lleno de polvo y polen.
Todo eso lleva a la cama a la hora de dormir y podés verte afectado contrayendo enfermedades y alergias.
Igualmente, el perro puede ocasionarte lesiones a causa de arañazos o mordeduras. Aún cuando fuese un compañero tranquilo y agradable, a la noche el perro puede asustarse y causar episodios que no esperabas.

Lo más seguro será que la mascota tenga su propio lugar para dormir.

Ahora que conocés los beneficios de no compartir el sommier con tu perro, vamos a compartirte cómo enseñarle a que lo haga en el lugar indicado.

Si la mascota es cachorro, puede que el proceso te lleve una semana. Si es adulto, tendrás que tener más paciencia y repetir una y otra vez el proceso hasta que logre comprenderlo y adecuarse. Se estima que los perros captan una nueva conducta después de haberla reiterado 30 veces.

Identificá el lugar de descanso : para que el perro duerma en su lugar, ese espacio debe ser su preferido y contar con la comodidad necesaria para que se sienta a gusto en él.

Para eso necesitarás observar muy bien dos cosas: cuál es el lugar de la casa que prefiere estar (puede ser en un rinconcito del living o debajo del televisor) y en qué posición descansa.

Una vez que hayas identificado esas dos cosas, podrás buscar la cama que se ajuste al tamaño y posición que adopta al dormir el perro, y colocarla en su lugar preferido.

El lugar ideal para colocar la cama del perro es donde tenga un clima apropiado, sin corriente de aire fresco ni en dónde sufra calor. Ese espacio debe contar con oscuridad y tranquilidad en los horarios nocturnos. También debe sentirse familiar y a gusto.

Si es cachorro, vas a poder ayudarlo a escoger su lugar de descanso. Si es un perro adulto que recién se integra al hogar, apenas ingrese observa dónde se ubica y acomoda.
Entrena al perro para que duerma en su cama. Para ayudar al perro a comprender que su lugar de descanso no es con vos deberás usar varias estrategias a la vez.

Algunos ejemplos:

– Colocá arriba de su cama alguno de sus juguetes favoritos o una ropa con tu olor para que le guste estar allí y adopte ese lugar como propio.

– Enseñale la orden “andá a tu cama”. Para eso, repetile la consigna con autoridad, pero sin enojo, señalando su cama. Si es necesario llevalo tranquilamente hasta su lugar.

-Sé coherente. No lo lleves a la cama durante el día ni tampoco cedas ante el llanto o ladrido. Si lo haces, vas a tener que comenzar el proceso de adaptación desde cero y se hará cada vez más difícil.

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